sábado, 23 de noviembre de 2013

ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LA LECHE EN NIÑOS

ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LA LECHE  EN NIÑOS
Universidad Autónoma de Durango ¨Campus Zacatecas¨
Maestría en Nutrición Clínica 
L.N. Rico Araiza Sandra Loreto 




La alergia a la proteína de la leche de vaca es la alergia más común de los niños pequeños. Afortunadamente, la mayoría se resuelve espontáneamente para el segundo o el tercer año de vida. Mientras tanto, a los padres se les puede asegurar que aunque no hay tratamiento para este tipo de alergia, es controlable proporcionándole a su hijo una dieta libre de leche y derivados.
Denominamos alergia a la proteína de leche de vaca a todos aquellos cuadros clínicos de mecanismo inmunológico comprobado. Debe existir una relación  directa entre la ingestión de la proteína de la leche  de vaca y la aparición  de los síntomas y los mecanismos  inmunológicos  deben estar involucrados  en la relación. Nos referimos a reacciones de hipersensibilidad inmediata o media por IgE son las que presentan una sintomatología común y fácil mente reconocible y comprobable.
El termino alergia a las proteínas de leche de vaca no mediadas por IgE, también llamadas de intolerancia, se incluyen todas las reacciones adversas de proteínas de leche de vaca en las que no se ha comprobado la existencia de la IgE frente a proteína de leche de vaca, habitualmente cursan con síntomas gastrointestinales  que pueden llegar a repercutir  en el estado  nutricional del niño, que mejora al retirar  las proteínas de leche de vaca de la dieta. Muchos de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la leche de soya.
Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial. Los investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un importante componente genético.
Como bien se sabe la leche de vaca contiene más de 40 proteínas y todas ellas pueden actuar como antígeno en la especia humana. El alérgeno principal es la betalactoglobulina, caseínas, alfalactoalbumina, y seroalbumina. La betalactoalbumina  es una proteína  que no existe  en la especie humana y se encuentra en la leche materna en  cantidades  de microgramos debido a los lácteos consumidos por la madre.

Síntomas de la alergia a la leche
Los síntomas de la alergia a la proteína de la leche de vaca suelen aparecer durante los primeros meses de vida, a menudo varios días o semanas después de introducir leche artificial o de fórmula elaborada con leche de vaca en la dieta del niño. Puede presentar síntomas poco después de alimentarse  o bien de siete a 10 días después de ingerir proteína. La reacción de inicio lento es más habitual. Entre sus síntomas se incluyen heces blandas o sueltas (que puede contener sangre), vómitos, náuseas, rechazo a la alimentación, irritabilidad o cólico del lactante y erupciones cutáneas, como el eccema. Este tipo de reacción es más difícil de diagnosticar porque hay otras afecciones que cursan con síntomas similares.
Las reacciones de inicio rápido pueden llegar de improviso, con síntomas que incluyen irritabilidad, vómitos, resuello, respiración sibilante, inflamación, urticaria u otro tipo de ronchas en la piel asociadas a picor y/o diarrea sanguinolenta.
Puede tener lugar una reacción alérgica grave (denominada anafilaxia) que afecta a la piel, el estómago, la respiración y la tensión arterial del niño.

Diagnóstico
Se realiza un diagnostico partir de un anamnesis detallado sobre los antecedentes familiares o personales.  Aparte se puede realizar análisis de heces y de sangre, es posible que el pediatra también solicite una prueba cutánea. En esta prueba se introduce una cantidad reducida de la proteína de la leche bajo la superficie de la piel del niño utilizando una aguja. Si se forma una roncha (o habón), significa que el niño podría ser alérgico a la leche. En tal caso, el pediatra le indicaría que evitara alimentarlo con este alimento.
Es posible que se solicite una prueba de provocación oral si la considera segura. Esto implica hacer que el bebé consuma leche en la consulta del pediatra y luego esperar unas pocas horas para observar cualquier reacción alérgica que pudiera ocurrir. A veces los médicos realizan esta prueba para confirmar el diagnóstico de alergia.
Tratamiento
Dieta de exclusión
Si la madre está amamantando, debe  limitar la cantidad de lácteos que ingiere, puesto que la proteína de la leche que provoca la reacción alérgica puede pasar a través de la leche materna.

Existen dos tipos principales de leches artificiales hipoalergénicas:
Leches artificiales o fórmulas extensamente hidrolizadas: contienen las proteínas de la leche de la vaca, descompuestas en pequeñas partículas, de modo que son menos alergénicas que las proteínas completas de las leches artificiales ordinarias. La mayoría de los lactantes alérgicos a la leche toleran este tipo de substituto, pero hay algunos bebés que siguen presentando reacciones alérgicas cuando la consumen.
Leches artificiales o fórmulas basadas en aminoácidos, que contienen proteínas en la forma más simple posible (los aminoácido son los componentes básicos de las proteínas). Son recomendables en aquellos casos en que la afección no mejora a pesar de haber cambiado a una leche artificial extensamente hidrolizada.
American Academy of Pediatric: Committee on Nutrition.Hypoallergenic infants formulas Pediatrics 2000; 106(2): 346-349.

Bellioni-Businco B, Pagenelli R. Lucenti P y cols. Allergenicity of goats milk in children whit cows milk allergy.JAllergy Clin Immunol 1999; 103: 1194-1194.

CALORÍAS LIQUIDAS



Universidad Autónoma de Durango Campus Zacatecas
Maestría en Nutrición Clínica
L.N. Rico Araiza Sandra Loreto



CALORÍAS LIQUIDAS



 En la actualidad México sea posicionado en el primer lugar de obesidad, tanto por sus malos hábitos, como por el consumo de alimentos que entran al país que son demasiado refinados, aun así, olvidamos también lo que tomamos, ya que si recordamos todos los líquidos que consumimos durante el día, podremos percatarnos que tomamos de todo sin mesura y sin saber cuántas calorías están entrando a nuestro cuerpo de manera insensible ya que la saciedad no llega a plenitud como con un alimento sólido, esto quiere decir que podemos consumir más del doble de las calorías que necesitamos.
Con el fin de proporcionar orientación en lo relativo a los beneficios y riesgos de la salud y nutrición de varias categorías de bebidas, la Secretaría de Salud Convocó a un comité de científicos expertos que realizó una exhaustiva revisión a la literatura disponible del consumo de bebidas y su impacto en la salud, para la estructuración de las “Recomendaciones sobre el consumo de bebidas para una vida saludable”. Estas recomendaciones representan una herramienta para el consumidor, los profesionales de la salud y el gobierno mexicano para promover patrones de consumo de bebidas más saludables.





El agua natural puede ser utilizada para satisfacer casi todas las necesidades de líquidos de los individuos; sin embargo, para permitir cierta variedad y preferencias individuales, una dieta saludable puede incluir varios tipos de bebidas, además del agua. El comité de expertos propone una clasificación por categoría de bebidas asignándoles una escala con base en:

1) Su contenido energético y valor nutritivo, y
2) Sus beneficios y riesgos para la salud

La escala incluye seis niveles, ordenadas de abajo hacia arriba, del más al menos saludable:
Nivel 1: Agua potable.
El agua natural es la selección más saludable en esta escala y la bebida más preferida para satisfacer las necesidades diarias de líquidos, ya que no tiene efectos adversos en individuos sanos cuando se consume en intervalos aceptados y no provee energía. Es necesaria para el metabolismo, las funciones fisiológicas normales y puede proporcionar minerales esenciales como el calcio, el magnesio y el fluoruro. El agua puede satisfacer el total de necesidades de líquidos (2.4 Litros). Dependiendo del consumo de otros líquidos, se recomienda tomar entre 750 y 2000ml al día (3 a 8 tazas/vasos al día).

Nivel 2: Leche semi y descremada, bebidas de soya sin azúcar adicionada.
La leche es la principal fuente de calcio y vitamina D en los niños, y aporta proteína de alta calidad. La leche de soya fortificada sin azúcar es una buena alternativa para individuos que prefieren no tomar leche de vaca y proporciona cerca del 75% del calcio biodisponible en la leche, además de proteínas y otros micronutrientes. Las bebidas de yogurt contienen una menor cantidad de lactosa que la leche y pueden ser una buena opción para individuos que tienen baja tolerancia a la lactosa. Las leches y las bebidas de soya saborizadas y con azúcar agregada, tienen elevadas cantidades de energía, por lo que su consumo no es recomendado. Se recomiendan de 0 a 500ml al día (0 a 2 tazas/vasos al día).

Nivel 3: Café y té sin azúcar añadida.
Té: El té provee una variedad de flavonoides y antioxidantes, así como micronutrientes, especialmente fluoruro y algunos aminoácidos como la teanina.
Café: Varios estudios han observados asociaciones significativas entre la ingesta regular de café y menor riesgo de Diabetes tipo 2. Consumo de cafeína: La evidencia en adultos saludables sugiere que una ingesta de cafeína de hasta 400 mg/día, no está asociada con un aumento de diversos riesgos a la salud, incluyendo enfermedades del corazón, hipertensión, osteoporosis o colesterol elevado. Se recomienda limitar el consumo de cafeína en mujeres embarazadas, ya que cantidades mayores a 300 mg/día se han asociado con un aumento en el riesgo de aborto y bajo peso al nacer. No está claro si la cafeína tiene efectos adversos en niños, pero la preocupación sobre sus efectos en el desarrollo del sistema nervioso ha llevado a la recomendación de que se limite el consumo de cafeína en niños a 2.5mg por kg de peso. Se recomienda de 0 a 1 litro de café al día (0 a 4 tazas) en los adultos.
Calorías añadidas: agregar leche, crema o edulcorantes calóricos aumenta las calorías en estas bebidas y baja significativamente su valor en esta escala de recomendaciones.

Nivel 4: Bebidas no calóricas con edulcorantes artificiales.
Las bebidas con edulcorantes no calóricos (refrescos de dieta, aguas con vitaminas, bebidas energetizantes, y otras bebidas “dietéticas” a base de café o té) se prefieren al as endulzadas con calorías, ya que proveen agua y sabor dulce, pero sin aporte de energía. Se considera que los edulcorantes no calóricos aprobados por la FDA no son dañinos, aunque no hay ninguna otra evidencia en relación con la seguridad de estos productos, además de los sistemas de vigilancia de la FDA. Recientemente, ha aparecido literatura que sugiere que el sabor muy dulce de estas bebidas puede condicionar la preferencia por este sabor y que la exposición crónica a alimentos dulces puede causar cambios a largo plazo en las preferencias y consumos de estos alimentos, por lo menos en niños. Este condicionamiento al sabor dulce, es de especial preocupación para este comité. Se recomiendan de 0 a 500 ml por día (0 a 2 tazas/vasos por día). No se recomienda su consumo en preescolares y escolares.

Nivel 5: Bebidas con alto valor calórico y beneficios a la salud limitados.
Jugo 100% de frutas: Proveen la mayor parte de los nutrientes de su fuente natural pero tienen un alto contenido energético y generalmente tienen menos fibra, vitaminas y otros beneficios no-nutritivos presentes en la fruta entera. Se recomienda de 0 a 125 ml al día (0 a ½ taza/vaso al día).
Leche entera: Los efectos adversos de la grasa saturada han sido ampliamente documentados en numerosos estudios, principalmente en relación al mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. La leche entera contribuye significativamente a la ingesta de grasa saturada en la población en México. La leche saborizada añade excesivas calorías ya que aporta azúcar además de las grasas ya contenidas en la bebida. No se recomienda el consumo de leche en niños menores de 1 año ni de leche entera en personas mayores de 2 años.
Bebidas deportivas: Contienen de 50 a 90% de energía (75 – 140kcal pro 240ml) de las contenidas en refrescos con azúcar y proveen pequeñas cantidades de sodio, cloruro y potasio. Estas bebidas están formuladas para atletas de resistencia y no son útiles o importantes para otros atletas o individuos. No se recomienda su consumo, excepto por atletas de alto rendimiento, ya que proporcionan calorías.
Bebidas alcohólicas: El Comité NO recomienda el consumo de alcohol, sin embargo si es consumido en cantidades moderadas, provee algunos beneficios para los adultos. El consumo moderado se define como no más de una bebida al día para mujeres y dos para hombres. Una bebida estándar de alcohol se define como aquella que contiene 14g de alcohol, una cerveza de 240ml, 150ml de vino (o media copa) o 45ml de licores destilados. NO se recomienda el alcohol combinado con bebidas energéticas y/o refrescos. Las bebidas energéticas son estimulantes y el alcohol es un depresivo, por lo tanto la combinación de estos dos efectos puede ser peligrosa porque reducen la habilidad de sentir la embriaguez.

Nivel 6: Bebidas con azúcar y bajo contenido de nutrimentos.
Estas bebidas proveen excesivas calorías y ninguno o muy escasos beneficios nutricionales. No se recomienda su consumo, de consumirse, la recomendación es que sea esporádicamente y en porciones pequeñas (no mayores a 250ml o 1 vaso).

Estudios han estado en debate ya que existe el argumento de que las calorías líquidas no son detectadas por el cuerpo, se ha utilizado para establecer una conexión causal entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de peso corporal. Pero en su mayor parte, el debate sobre los refrescos y el sobrepeso se han expresado en términos biomédicos, y se ha prestado mucha atención a los déficits de saciedad a corto plazo, la compensación de energía y el metabolismo del azúcar. Aunque saciedad a corto plazo y la regulación a largo plazo del peso corporal son mecanismos distintos, se dice que las bebidas contribuyen a la obesidad en medida de que es  líquido y que tiene un alto contenido de azúcar.
El consejo actual sería el de centrarse en el psicológico, así como los aspectos fisiológicos de control de peso. Un control de peso exitoso requiere el control cognitivo de los instrumentos económicos, un estilo de vida saludable, y el cumplimiento exitoso de las dietas de baja energía. Y si el comportamiento del contexto y la dieta se convierten en los temas clave, entonces la noción de un déficit fisiológico de saciedad después de consumir azúcar líquido, es recomendable verificar que es lo que estamos consumiendo.