ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LA LECHE EN NIÑOS
Universidad Autónoma de Durango ¨Campus Zacatecas¨
Maestría en Nutrición Clínica
L.N. Rico Araiza Sandra Loreto
La alergia a la proteína de la leche de vaca es la
alergia más común de los niños pequeños. Afortunadamente, la mayoría se
resuelve espontáneamente para el segundo o el tercer año de vida. Mientras
tanto, a los padres se les puede asegurar que aunque no hay tratamiento para
este tipo de alergia, es controlable proporcionándole a su hijo una dieta libre
de leche y derivados.
Denominamos alergia a la proteína de leche de vaca a
todos aquellos cuadros clínicos de mecanismo inmunológico comprobado. Debe
existir una relación directa entre la
ingestión de la proteína de la leche de
vaca y la aparición de los síntomas y
los mecanismos inmunológicos deben estar involucrados en la relación. Nos referimos a reacciones de
hipersensibilidad inmediata o media por IgE son las que presentan una
sintomatología común y fácil mente reconocible y comprobable.
El termino alergia a las proteínas de leche de vaca no
mediadas por IgE, también llamadas de intolerancia, se incluyen todas las
reacciones adversas de proteínas de leche de vaca en las que no se ha
comprobado la existencia de la IgE frente a proteína de leche de vaca,
habitualmente cursan con síntomas gastrointestinales que pueden llegar a repercutir en el estado
nutricional del niño, que mejora al retirar las proteínas de leche de vaca de la dieta. Muchos
de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche
de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la
leche de soya.
Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar
una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial. Los
investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de
alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un
importante componente genético.
Como bien se sabe la leche de vaca contiene más de 40
proteínas y todas ellas pueden actuar como antígeno en la especia humana. El
alérgeno principal es la betalactoglobulina, caseínas, alfalactoalbumina, y
seroalbumina. La betalactoalbumina es
una proteína que no existe en la especie humana y se encuentra en la
leche materna en cantidades de microgramos debido a los lácteos
consumidos por la madre.
Síntomas de la alergia a la leche
Los síntomas de la alergia a la proteína de la leche de vaca
suelen aparecer durante los primeros meses de vida, a menudo varios días o
semanas después de introducir leche artificial o de fórmula elaborada con leche
de vaca en la dieta del niño. Puede presentar síntomas poco después de
alimentarse o bien de siete a 10 días
después de ingerir proteína. La reacción de inicio lento es más habitual. Entre
sus síntomas se incluyen heces blandas o sueltas (que puede contener sangre),
vómitos, náuseas, rechazo a la alimentación, irritabilidad o cólico del
lactante y erupciones cutáneas, como el eccema. Este tipo de reacción es más
difícil de diagnosticar porque hay otras afecciones que cursan con síntomas
similares.
Las reacciones de inicio rápido pueden llegar de improviso,
con síntomas que incluyen irritabilidad, vómitos, resuello, respiración
sibilante, inflamación, urticaria u otro tipo de ronchas en la piel asociadas a
picor y/o diarrea sanguinolenta.
Puede tener lugar una reacción alérgica grave (denominada
anafilaxia) que afecta a la piel, el estómago, la respiración y la tensión
arterial del niño.
Diagnóstico
Se realiza un diagnostico partir de un anamnesis detallado
sobre los antecedentes familiares o personales. Aparte se puede realizar análisis de heces y
de sangre, es posible que el pediatra también solicite una prueba cutánea. En
esta prueba se introduce una cantidad reducida de la proteína de la leche bajo
la superficie de la piel del niño utilizando una aguja. Si se forma una roncha
(o habón), significa que el niño podría ser alérgico a la leche. En tal caso,
el pediatra le indicaría que evitara alimentarlo con este alimento.
Es posible que se solicite una prueba de provocación oral si
la considera segura. Esto implica hacer que el bebé consuma leche en la
consulta del pediatra y luego esperar unas pocas horas para observar cualquier
reacción alérgica que pudiera ocurrir. A veces los médicos realizan esta prueba
para confirmar el diagnóstico de alergia.
Tratamiento
Dieta de exclusión
Si la madre está amamantando, debe limitar la cantidad de lácteos que ingiere,
puesto que la proteína de la leche que provoca la reacción alérgica puede pasar
a través de la leche materna.
Existen dos tipos principales de leches artificiales
hipoalergénicas:
Leches artificiales o fórmulas extensamente hidrolizadas:
contienen las proteínas de la leche de la vaca, descompuestas en pequeñas
partículas, de modo que son menos alergénicas que las proteínas completas de
las leches artificiales ordinarias. La mayoría de los lactantes alérgicos a la
leche toleran este tipo de substituto, pero hay algunos bebés que siguen
presentando reacciones alérgicas cuando la consumen.
Leches artificiales o fórmulas basadas en aminoácidos, que
contienen proteínas en la forma más simple posible (los aminoácido son los
componentes básicos de las proteínas). Son recomendables en aquellos casos en
que la afección no mejora a pesar de haber cambiado a una leche artificial
extensamente hidrolizada.
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